La Defensa Civil Siria, conocida como 'cascos blancos', ha denunciado este viernes el secuestro de uno de sus miembros mientras se dirigía a la ciudad de Sueida para evacuar a un equipo de Naciones Unidas. El incidente se produce en el marco de los violentos combates entre drusos y beduinos y los ataques aéreos israelíes en la región.
Los 'cascos blancos' perdieron contacto con Hamza al Amarin, jefe del centro de respuesta a emergencias de la organización, el miércoles sobre las 18.00 horas. Al Amarin había entrado en Sueida a las 16.30 horas tras recibir una solicitud de evacuación, conduciendo una furgoneta claramente marcada con la insignia de la organización y vestía el uniforme oficial.
Testigo confirma el secuestro
Según el comunicado publicado por la organización, una mujer que acompañaba a Al Amarin y le ayudaba con la evacuación confirmó que hombres armados locales les detuvieron. Los secuestradores sacaron a ambos del coche, se llevaron a Al Amarin a un lugar desconocido y también se apoderaron del vehículo.
El jueves 17 de julio a las 10.00 horas, la organización logró contactar por teléfono con Al Amarin. "La persona que nos contestó nos informó de que se encontraba bien y a salvo. No respondió a ninguna llamada posterior", relataron los 'cascos blancos'.
Exigen liberación inmediata
Durante los últimos dos días, la organización ha intentado comunicarse a través de intermediarios con las facciones locales, pero sin obtener respuesta. Los 'cascos blancos' han responsabilizado "plenamente" a los grupos que controlan Sueida de la seguridad de su voluntario y han exigido su "inmediata" liberación.
La organización también advirtió que "no se utilice el vehículo para ningún fin, sea cual sea su naturaleza". Enfatizaron que estas acciones contra el personal humanitario "constituye una grave violación que dificultará la asistencia de la población civil".
Contexto de violencia sectaria
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha cifrado en 597 los muertos desde el inicio de los enfrentamientos la semana pasada entre milicianos drusos y beduinos respaldados por tribus árabes y las fuerzas de seguridad. Esta situación llevó a Israel a bombardear objetivos de las tropas gubernamentales en Sueida e incluso la sede del Ministerio de Defensa sirio en Damasco.
Las autoridades instauradas tras la caída en diciembre del régimen de Bashar al Assad han hecho frente a diversos problemas de seguridad, algunos de tinte sectario. Esto ocurre pese a las promesas de Al Shara, líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), para estabilizar la situación tras la ofensiva que derrocó al anterior régimen.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.