Los bombardeos israelíes en Gaza han matado al menos 91 palestinos, incluidos 24 niños y 7 mujeres, desde el martes por la tarde hasta la madrugada del miércoles. El primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó estos «ataques contundentes» tras acusar a Hamás de violar un alto el fuego que llevaba más de dos semanas en vigor.
La escalada se produjo después de que Israel afirmara que miembros de Hamás atacaron a soldados israelíes en Rafá, resultando en la muerte de un combatiente que «cayó en batalla en el sur de la Franja de Gaza». Hamás niega cualquier participación en este incidente.
El grupo palestino había devuelto previamente restos de un rehén que no correspondían a ninguno de los 13 fallecidos pendientes.
Respaldo estadounidense
El presidente Donald Trump defendió las acciones israelíes, declarando que Israel «tiene derecho» a tomar represalias. «Según tengo entendido, mataron a un soldado israelí», afirmó Trump, quien aseguró que «nada va a poner en peligro» el alto el fuego. El vicepresidente JD Vance confirmó que «el alto el fuego se mantiene», aunque reconoció posibles enfrentamientos menores.
Los ataques israelíes alcanzaron todo Gaza, desde el norte hasta el sur. En el campo de refugiados de Nuseirat murieron al menos 42 personas, incluyendo 20 en la destrucción del hogar de la familia Abu Dalal. Las fuerzas israelíes también bombardearon tiendas de desplazados cerca del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa y atacaron un vehículo civil al noroeste de Jan Yunis.
Trump describió a Hamás como «es una parte muy pequeña» del proceso de paz y calificó a sus miembros como «son un poco violentos», añadiendo que «tienen que comportarse». Miles de palestinos habían regresado a la ciudad de Gaza tras el alto el fuego, que entró en vigor el 10 de octubre.
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).

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